Después de la muerte de su marido, Bernarda somete a sus cinco hijas a una disciplina inquisitorial que equivale, en la práctica, a un enterramiento en vida. La aparición de un hombre, Pepe el Romano, que parece tener intención de casarse con Angustias, la hija mayor, desencadena una serie de acontecimientos que desembocan en un inesperado y trágico final.