Elizabeth está casada con Victor Harris, un rico heredero, un playboy que se pasa los días entre alcohol, drogas y videojuegos, abusando de la gente que tiene a su alrededor. Como su comportamiento es cada vez más violento, Elizabeth y su amante deciden deshacerse de él envenándole y culpando a las drogas. El plan sale bien a medias, porque Victor cae en un coma que le permite oír y sentir... incluso durante su autopsia. El odio que siente hará que vuelva al mundo de los vivos, preparado para poner en marcha su venganza.