Esta ópera prima, basada en un corto, descubre un espacio muy visitado por el cine, pero pocas veces captado de manera tan precisa e íntima como aquí: la costa argentina, más precisamente las playas de Mar del Sur. Una pequeña historia funciona como disparador para el radar fotográfico de un film que sabe cómo transmitir ese clima que combina sonidos, aromas y texturas propias de un escenario particular, y que a su vez se concreta como una carta de amor a un lugar único y reconocible.