Orgulloso de una fisonomía que le permitió trabajar en lo que quería, Víctor Israel se convirtió en un rostro habitual del cine español entre los años 70 y 80. Su primer papel (En "Tierra de todos", de Isasi-Isasmendi) fue el comienzo de una filmografía que abarcó casi doscientas películas y que hizo un especial hincapié en el fantástico. Ahora, cuando se añora su perdida, este minucioso documental le rinde un merecido tributo.