El dolor por la muerte de su padre ha hecho de Laura una mujer fría, altanera y rencorosa. Julia, su millonaria madre, no le ofrece cariño ni atención que le ayuden a superar su amargura; compensa su indiferencia con dinero y cosas materiales. Todo eso, junto con el descubrimiento de una dolorosa verdad en el pasado de su padre, hacen a Laura vulnerable a perder sus valores.