A finales de los años 50, un pueblo sin nombre en las montañas tropicales de los Andes, ve alterada su habitual calma por el inminente duelo a muerte entre el maestro y el carnicero, hasta ayer amigos entrañables y compañeros de lucha políticas. El alcalde aprovecha los acontecimientos y consigue la resignada pero activa colaboración de la policía. Esta es la posibilidad de diezmar a la oposición sin mover un dedo.