El escenario de una venta de cante flamenco es excelente para mostrar las relaciones entre un matrimonio que la regenta (Mariquilla y Gabriel) y un señorito andaluz que acosa a Mariquilla. Un amigo del señorito y el marido completan el cuadro, amén de multiples cantaores. El marido termina en la cárcel por golpear al señorito acosador, y el matrimonio sigue unido, pues el marido nunca creyó en la infidelidad, que en la película no existe.