En un pueblo de la Sierra de Madrid, Bego y Agustín viven una jubilación tranquila entre recetas, su huerto, la pelu y los juegos de cartas con los amigos. Pero desde que sus hijos, Miguel y Carla, se independizaron para irse a vivir a la ciudad, el síndrome del nido vacío parece haberse instalado en el matrimonio, y empiezan a comprobar, con tristeza, que sus hijos se han empezado a olvidar de ellos. Para colmo, los muy sinvergüenzas no aparecen a la comida que Bego había preparado por el cumple de su hijo, y acto seguido anuncian que no irán a casa por Navidad, lo que lleva a sus padres a idear un arriesgado plan para que vuelvan a su lado: fingirán que han ganado la lotería y que son multimillonarios.