La policía del condado de Hollis descubre los cadáveres de unos jóvenes que han sido brutalmente despedazados. Tras las primeras pesquisas, el ayudante del sheriff Crawford encuentra unas extrañas huellas que no parecen ser humanas. Pronto, el número de víctimas se verá incrementado, provocando el pánico en la apacible población y la preocupación en algunos miembros del gobierno.